sábado, 20 de octubre de 2007

Las tranzas de seduvi

Si eres constructor en la Ciudad de México y te estorba la normatividad, sólo tienes que ir a seduvi, les das una lana y listo, te sueltan cualquier permiso de construcción aunque contravenga las leyes pertinentes.

Gracias a seduvi, que se pasa por el arco del triunfo el impacto ambiental y cualquier cosa, hay un boom de construcción sobre todo en Polanco y en el área de la Delegación Miguel Hidalgo, donde está más caro el metro cuadrado. El resultado es que hay enormes y deprimentes construcciones que aunque estén más cerca de las temibles colonias Anáhuac y Pensil, les ponen nombres ligados a Polanco, algo como "palomares de polanco".

Por supuesto que lo que menos le preocupa a seduvi es si en el área sólo se pueden construir 4 pisos, ellos autorizan por sus pistolas cualquier cantidad de niveles, si el constructor les expone razone$ de pe$o. Quién sabe cómo estarán los estudios de suelos y quién sabe como estarán las cimentaciones, pero algunos edificios presentan cierta inclinación como si se fueran a caer sólos, esperaremos a ver si resisten algún buen terremoto.
Desastre por falta de supervisión en obras. Lago Andrómaco

Por lo pronto, la calle de Moliere está llena de construcciones de 20 písos, en Rubén Darío, frente al Bosque de Chapultepec están haciendo un edificio de muchos pisos, sobre Cervantes de Saavedra hay varias espantosas construcciones, en la colonia Ampliación Granada, hay más. Cada día, el área de Polanco se vuelve cada vez más intransitable si vas en auto, a veces, te toma media hora cruzar dos calles, cada día, Ejército Nacional se vuelve un estacionamiento, y seduvi sigue soltando permisos irresponsablemente terminando por convertir esta ciudad en un lugar imposible de vivir. Vivir o trabajar en las Lomas de Chapultepec significa sufrir todos los días el infierno de atravesar congestionamientos espantosos, sólo hay tres vías, Reforma, Palmas y Molino del Rey.

Ésa es la verdadera cara del perredismo, mientras cacarean populismo, degradan el nivel de vida de los citadinos. La Ciudad de México era una de las más hermosas del mundo, a pesar de los priístas, pero cuando llegaron los perredistas, la convirtieron en un muladar asqueroso. Con el perredismo llegó el desorden, la tranza, los congestionamientos de tránsito, el ambulantaje, la instauración oficial del narco y el secuestro.

Miles de hectáreas propiedad de la ciudad se han perdido porque el perredismo las ha cedido y negociado para sus grupos de choque y como trueque para las constructoras amafiadas con ellos. También se las arreglan para vender terrenos ecológicos supuestamente protegidos, como en el caso de Xochimilco. Para ellos, todos los años son años de hidalgo.

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