jueves, 2 de octubre de 2008

La venganza del pez

Lo normal es que los humanos son los que matan, lastiman, maltratan y vejan a los animales; los usan para descargar problemas emocionales, para devorarlos, en un maltrato espantoso.

Pensamos que los animales no tienen derechos, tal vez porque no pueden hablar como nosotros pero la verdad es que sí pueden sentir y realmente no sabemos si piensan o cómo lo hacen. Si viniesen extraterrestres más inteligentes que nosotros y que encontrasen que nuestra carne es apetitosa y nutritiva, tal vez empezaríamos a entender a los animales.

¿Cómo te caería que te arrojasen vivo a un perol de agua hirviendo? así le hacemos a las langostas. ¿Qué te retorciesen el cuello para matarte? así le hacemos a las gallinas. Así podemos seguir y seguir.


La siguiente historia ocurrió en Arkansas, en Lake Chicot. Un adolescente viajaba en un lanchón apoyado en la barandilla cuando un pez volador, una carpa plateada de Asia lo golpeó en la cara. A resultas del golpe, se le fracturó la mandíbula y lo noqueó. Hubo necesidad de hacerle cirugía y ponerle alambres en varios dientes. Cuando despertó, estaba en un hospital.

No es la primera vez que ocurre algo así, estos casos han ido aumentando cada año en esa región. Estas carpas no vuelan pero son muy buenas saltando desde el agua, pueden alcanzar varios metros de altura en su salto y son perfectamente capaces de propinar un golpe durísimo que fractura sin problema los huesos de su víctima. No está mal, me gustaría ver un toro colocando banderillas a un torero.

Las carpas son usadas en USA para eliminar las algas y materias en suspensión en sus recursos hidrológicos, incluso la agencia de protección ambiental aplica un programa que permite a las ciudades el uso de peces para limpiar aguas negras como parte integral del tratamiento de aguas en estanques. ¿Porqué no hacemos eso en México? nos sobran aguas negras, no importa que nos den algunas cachetadas.