lunes, 17 de diciembre de 2007

La pseudoinauguración del distribuidor en Zaragoza

Después de años de la más mala obra que se haya hecho en el país, se inauguró el distribuidor de Zaragoza, en los que constituye un monumento al perredismo por lo mal hecho.
Este distribuidor vial tiene todos los elementos típicos de las obras del prd:
1.- Falta de transparencia:
¿Sabes tú cuánto costó? ¿Cuál fué el calendaro de obras? ¿Cuáles fueron las constructoras que participaron?
2.- Atropellamiento del derecho y necesidad de transportarse:
Al gobierno del df le vale gorro si los ciudadanos necesitan tranportarse, trabajar, atender una urgencia o simplemente tomar un paseo; llegar a la Ciudad de México desde Puebla tomaba de 4 a 5 horas, por el atascadero en Zaragoza, cuando normalmente se hacían 2 horas; millones de horas hombre se perdieron por esta pésima obra. El daño por la contaminación es incalculable.
3.- El número de trabajadores era muy reducido:
Podías ver kilómetros de obras, pero muy pocos trabajadores y no todos trabajando. Por eso las obras perredistas tardan tanto tiempo en finalizarse, en ocasiones pasabas y te costaba trabajo descubrir a algún trabajador.
4.- Se inaugura una obra que no está conluída:
Falta una barbaridad de cosas por hacer, soldar guarniciones, hay 5 puentes peatonales inconclusos, las uniones de los tres puentes están sin pavimentar, no hay luz en las luminarias, hay un cochinero de material de construcción sobrante, la circulación sigue por las laterales. Hace falta mucho cinismo para ponerse a inaugurar algo sin terminar, pero peña nieto y ebrard son un par de cínicos.
5.- ebrard se hace acompañar de la borregada y zopilotada para que le echen porras:
Impidiendo el paso de periodistas (por algo) dejaron pasar solamente a los que traían camisetas amarillas perredistas o pancartas alabatorias a ebrard, puro chivo pagado para simular que las masas agradecidas corean vivas al jefe de gobierno.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Sucedió en el aeropuerto

8 de diciembre del 2007. 20.00 hrs. Aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México.
La gente empezó a gritar: ¡Payaso! ¡farsante! ¡véte del país!
Un par de sujetos apuraron el paso tratando de escurrirse.
Eran el peje y un acompañante.

La gran diferencia es que nadie le pagó a la gente, el peje es odiado y repudiado automáticamente. El peje se ve obligado a pagarle a zombies que vayan a gritar y a hacer escándalos para simular impopularidad de sus adversarios.

Me dió mucho gusto conocer esta noticia, estoy recuperando la fé en México, puede ser que sí tengamos futuro.